La jalisciense se ha logrado ganar el respeto y admiración en el beisbol, deporte dominado por hombres
el 08 de Marzo de 2017
Maritza Castro tiene como deseo tomarse una tacita de café, pero en el mejor beisbol del mundo. La mexicana no picha ni cacha, tampoco batea ni roba bases, aunque sí mantiene el deseo intacto de todo beisbolista: llegar a las Grandes Ligas.
La kinesióloga trabaja para la organización de los Padres de San Diego desde hace cuatro años. Con un recorrido similar a la de un pelotero, comenzó desde la Academia, la liga de novatos hasta ir ascendediendo las diferentes clases y su meta es ser la primera latina en su actividad en llegar a Ligas Mayores.
Nosotros somos como los jugadores, empiezas desde abajo hasta llegar a las Ligas Mayores, es muy complicado, pero el sueño sigue. Sino lo consigo ya tengo planes en otras áreas dentro de la organización”, dijo Castro en entrevista telefónica desde Arizona, donde toma parte del entrenamiento primaveral.
La originaria de Barranca de Santa Clara, Jalisco, se mudó a los Estados Unidos cuando tenía 18 años. Amante de la actividad física, en especial del futbol y también de correr en campo traviesa, estudió en la Universidad de San Diego lo que le llevaría a descubrir su vocación.
Soy kinesióloga, mi área está enfocada al estudio del movimiento del cuerpo humano, nuestro enfoque es en la prevención y rehabilitación de lesiones deportivas. En el escaneo de riesgos y cómo evitar una lesión futura. También estamos en el campo para asisitr al jugador en una emergencia”, explicó
Luego de graduarse y estudiar una maestría regresó a México para trabajar un año con el Pachuca.
Fue en la época que estuvo Hugo Sánchez como entrenador y en el equipo jugaba Nery Castillo, tuve la fortuna de conocerlos y son unas personas que se portaron muy bien conmigo”.
Fue en 2014 cuando se le abrieron las puertas con los Padres de San Diego, luego de ser contratada por la organización de beisbol fue asignada a la Academia de República Dominicana. Estuvo tres años en el país caribeño, en el que también comenzó a trabajar en la liga profesional invernal con los Leones del Escogido.
Era complicado, fui la primera mujer en Dominicana que entraba en una Academia. Al principio era como más la pena de que no se acostumbraban a verme a mí, yo tenía ese respeto y siempre manejarme de la forma correcta para ganarme el respeto”.
Tras esos tres años de experiencia ahora fue asignada para trabajar en liga de novatos de Arizona.
Me interesa representar a la mujer de que se pueda abrir muchas puertas si hace un buen trabajo y aprovechar las oportunidades cuando se presentan”.
Su labor en los entrenamientos primaverales comienza desde las cinco de la mañana, cuando se levanta, y la jornada es agotadora.
http://www.excelsior.com.mx/adrenalina/2017/03/08/1150789#imagen-3Tenemos reuniones, atendemos los jugadores, diseñamos los planes de trabajo, todo vale la pena por estar en las Grandes Ligas”.
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