domingo, 10 de abril de 2016

Consuelito Velázquez, una pianista de concierto

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Hoy se honrará en Bellas Artes la memoria de la autora mexicana, que significa mucho más que ‘Bésame mucho’

“Mi mamá pudo haber sido una de las grandes estrellas del piano a nivel mundial”, dice Mariano Rivera Velázquez, pintor e hijo de la compositora, en entrevista con Excélsior. Foto: Archivo Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.
Se cumple este año —el próximo 21 de agosto— un siglo del natalicio de Consuelito Velázquez (1916-2005). Múltiples son las composiciones de la afamada artista, pero la emblemática para sumergirse en los brazos de quien se ama es, sin duda, Bésame mucho.
Las historias, anécdotas y mitos alrededor de la fuente de inspiración de la juvenil Consuelito —era apenas una jovencita cuando la compuso— van desde el notable romanticismo que caracterizó su vida hasta una profunda conciencia y solidaridad social en el momento en que estalló la Segunda Guerra Mundial.
Su hijo, el artista plástico Mariano Rivera Velázquez, charla con Excélsior acerca de la genialidad de su madre, a la que describe como gran pianista de concierto, poseedora de un romanticismo tal que la guió siempre para dar enorme amor a su esposo e hijos.
“Mi madre fue una mujer excepcional: talentosa, guapísima y elegante, no fue autora de una canción sino de muchísimas que en ocasiones no se sabe que son de ella. Pero es claro que Bésame mucho, registrada en 1941, cuando ella tenía 25 años está, sin dudarlo, entre las diez canciones más importantes de la música popular de los últimos 80 años en el mundo.”
Niña Prodigio
Nacida en el seno de una familia de alcurnia proveniente de Jalisco y Colima, Consuelito pasó la mayor parte de su infancia y primera juventud en Guadalajara. Cuenta Mariano que a los cuatro años sorprendió a todos cuando se sentó al piano de la casa y toco de oído el Himno Nacional, que escuchaba de forma diaria interpretado por una banda de guerra que pasaba por el frente de su casa. Ahí se determinó su destino.
Los encargados de su sólida formación fueron los destacados profesores Ramón Serratos y Aurora Garibay de Serratos, fundadores de una dinastía de profesionales de la música y la pedagogía musical en Guadalajara y el país. Terminó la carrera de intérprete de concierto y maestra de música con ellos en 1938 en  la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes.
“Mi mamá —dice Mariano—, pudo haber sido una de las grandes estrellas del piano a nivel mundial. Los destinos son muy extraños, porque pudo haber destacado muchísimo como pianista de concierto. Incluso siendo presidenta de la Sociedad de Autores y Compositores tocó con la Filarmónica de la UNAM en la Sala Nezahualcóyotl, con la Filarmónica del Bajío, la de Guadalajara, siempre tocando música clásica”.
Muchos besos
Consuelito se transformó de intérprete de música de concierto en compositora connotada en la estación XEQ. En 1938 le ofrecieron, por amistades de su familia, un programa de música clásica. “Mi padre era el director de programación de la estación, que era la estación de los jóvenes y de los nuevos talentos”.
Para descansar entre concierto y concierto, Consuelito se encerraba en un estudio a tocar sus propios boleros. Le gustaba dejarse llevar, improvisar, jugar con las notas. Algunas cantantes de la época que se “colaban” le preguntaban de quién eran esas canciones y ella respondía ‘de una amiga’.
“Entre las melodias estaban Bésame muchoDéjame quererte y Pasional. Entonces un día mi padre llegó con ella y le dijo: ‘Señorita Velázquez, me dicen que usted tiene una amiga que es compositora y algunas de nuestras cantantes están interpretando sus canciones. Quiero que me dé los datos de ella, porque por cuestiones de derecho de autor tenemos que poner la ficha completa’. Mi mamá les respondió que la supuesta amiga no quería que se supiera y al verse presionada le dijo: ‘está bien, son mías’.”
En 1941 Emilio Tuero la grabó por primera vez y en versión femenina, Chela Campos. Para 1944 ya había una película con el nombre de la canción. Se dice que Consuelito compuso Bésame mucho a los 16 años, pero no fue así. Al respecto señala Mariano: “Yo creo que mi madre tenía un esbozo de la melodía con anterioridad a su registro, pero por la letra su inspiración tiene dos aspectos, según ella misma me contó. Mi madre quedó muy impactada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. De inmediato pensó en todas las parejas que se tenían que separar, quizás para siempre. Porque mi madre fue siempre una mujer profundamente romántica, inspirada por el amor, como lo dicen sus propias canciones y como lo dice su propia vida”.
Ella —continúa el pintor—“tenía una idea altísima del amor y de la entrega a la pareja para siempre. Y pensó en los novios y jóvenes esposos en la guerra. Por eso en la letra se cierne la amenaza de la separación y por ello existe la idea de que ante el temor de una despedida definitiva, debe de haber una entrega total. Por otro lado mi madre fue novia de mi padre, Mariano Rivera Conde,  de 1938 a 1944 y se casó con él 25 de octubre de 1944. Sus familiares no quería que se unieran y llegaron a prohibirle que se vieran. Querían que se casara con alguien con estabilidad. Esa es la otra parte de la inspiración”.
http://www.excelsior.com.mx/expresiones/2016/04/10/1085606

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