Es un esquema de protección sujeto al cumplimiento
de lineamientos (Juan Pablo Silva Castañeda).
San Sebastián del Oeste
El apellido Lovera está íntimamente ligado a los bosques de San Sebastián del Oeste, densas y vaporosas umbrías que se extienden como tapete verde herrumbroso sobre montañas de hasta 2,650 metros de altura sobre el nivel del mar, en la proximidad de Puerto Vallarta.
Esta alfombra es rasgada por barrancas milenarias talladas pacientemente por los ríos que descienden hacia la costa; en sus entresijos se desarrolla vida multiforme, favorecida por la variación altitudinal y las brisas marinas que remontan la muralla orográfica del sur de la bahía de Banderas. Selvas tropicales, bosque mesófilo de montaña y ocotales entre neblinas, pueblos vetustos, minas abandonadas y aserraderos. El mundo de los Lovera fue redescubierto hace casi 20 años.
El padre, don Amado, llegó del Estado de México en los años cincuenta del siglo XX, tras casarse con una nativa que como tantos, huyó de la marginación serrana a la pujante Guadalajara; a lomo de caballo conoció la sierra y comenzó adquirir propiedades a bajo costo, pues las tierras olvidadas no suelen tener valor ante el mercado. Algo sucedió, que a seis décadas, los herederos del pionero han recibido del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, el Premio al Mérito Forestal.
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