

Rojo Café. El espacio fundado y dirigido por Alfredo Saras alberga
diversas actividades, entre ellas la trova, pasión de su creador.
- Música para conocedores
Para los amantes de la trova, en la zona metropolitana de Guadalajara hay tres espacios para disfrutar del género
GUADALAJARA, JALISCO (28/NOV/2013).- El trovador es un hombre que con música, poesía e historia hace eco a su voz y pensamiento”, dice Silvio Rodríguez. Para Alberto Escobar: “es quien trae y lleva la noticia, es un juglar de representantes populares”; mientras que Pablo Garabito opina que “es aquel guerrero con guitarra en mano que quiere exponer sus ideas, donde mezcla la lírica y el sonido”.
Independientemente de la forma en que se describa a este personaje, lo cierto es que la trova —y sus representantes— continúan vigentes, aunque los espacios hoy no sean tantos como lo fueron en el pasado; y muy a pesar de que La Peña Cuicacalli (por excelencia, el punto de reunión de los amantes del género) ya sea sólo una estampa en el recuerdo de muchos.
Quienes gustan de la trova —esta forma de hacer poesía con música que surgió con ánimos de protesta en Cuba y hoy también es el método correcto para abrir los corazones— pueden encontrar en Guadalajara uno que otro rincón donde todavía hay ganas de deleitarse con notas de la guitarra y la voz del trovador.
Rojo Café (fundado por Alfredo Saras —quien, por cierto, también es trovador—), es quizá uno de los espacios con mayor proyección, pero no sólo en el género, sino que se ha abierto a otro tipo de manifestaciones: ahí el rock, el teatro e incluso la danza, también tienen cabida.
“Se acabó La Peña que fue el cobijo de todos y aunque el Rojo Café tomó la estafeta de alguna manera, obviamente para subsistir ha tenido que hacer un poquito de todo”, explica Alberto escobar. Entonces, realmente la impresión que tengo es que han estado faltando espacios tanto institucionales como privados que le den más juego a este tipo de propuesta”.
La denuncia en cuanto a la falta de espacios es general, pero no sólo se circunscribe a la trova, en realidad, representantes de muchas manifestaciones artísticas encuentran eco a la hora de lamentarse sobre la escasez de sitios. Sin embargo, con ánimos de rayar en el positivismo extremo, se puede decir que los hay, pocos, pero ahí están.
Así, al Rojo Café se suma Sólo bohemios, un espacio que ha resistido los embates del tiempo durante 21 años. Aunque también han tenido que ampliar sus horizontes para permitir la presentación de solistas y agrupaciones de otros géneros.
La Casa del Mezquite es también un lugar para la trova y al mismo tiempo mantiene un concepto de centro cultural: exposiciones, clases de idiomas, conferencias, talleres y un largo etcétera convergen ahí. Y, por supuesto, también —como en los otros sitios— se puede consumir alguna bebida o alimento mientras se disfruta del espectáculo.
TOMA NOTA
¿Dónde ponerse bohemio?
Rojo Café
Guadalupe Zuno 2027, casi esquina con Chapultepec.
Teléfono: 3344-8492.
Sólo Bohemios
Nueva Escocia 1590, en Providencia.
Teléfono: 3640-0806.
La Casa del Mezquite
Aldama 22, Atemajac del Valle (Zapopan).
Teléfono: 3823-4864.
Independientemente de la forma en que se describa a este personaje, lo cierto es que la trova —y sus representantes— continúan vigentes, aunque los espacios hoy no sean tantos como lo fueron en el pasado; y muy a pesar de que La Peña Cuicacalli (por excelencia, el punto de reunión de los amantes del género) ya sea sólo una estampa en el recuerdo de muchos.
Quienes gustan de la trova —esta forma de hacer poesía con música que surgió con ánimos de protesta en Cuba y hoy también es el método correcto para abrir los corazones— pueden encontrar en Guadalajara uno que otro rincón donde todavía hay ganas de deleitarse con notas de la guitarra y la voz del trovador.
Rojo Café (fundado por Alfredo Saras —quien, por cierto, también es trovador—), es quizá uno de los espacios con mayor proyección, pero no sólo en el género, sino que se ha abierto a otro tipo de manifestaciones: ahí el rock, el teatro e incluso la danza, también tienen cabida.
“Se acabó La Peña que fue el cobijo de todos y aunque el Rojo Café tomó la estafeta de alguna manera, obviamente para subsistir ha tenido que hacer un poquito de todo”, explica Alberto escobar. Entonces, realmente la impresión que tengo es que han estado faltando espacios tanto institucionales como privados que le den más juego a este tipo de propuesta”.
La denuncia en cuanto a la falta de espacios es general, pero no sólo se circunscribe a la trova, en realidad, representantes de muchas manifestaciones artísticas encuentran eco a la hora de lamentarse sobre la escasez de sitios. Sin embargo, con ánimos de rayar en el positivismo extremo, se puede decir que los hay, pocos, pero ahí están.
Así, al Rojo Café se suma Sólo bohemios, un espacio que ha resistido los embates del tiempo durante 21 años. Aunque también han tenido que ampliar sus horizontes para permitir la presentación de solistas y agrupaciones de otros géneros.
La Casa del Mezquite es también un lugar para la trova y al mismo tiempo mantiene un concepto de centro cultural: exposiciones, clases de idiomas, conferencias, talleres y un largo etcétera convergen ahí. Y, por supuesto, también —como en los otros sitios— se puede consumir alguna bebida o alimento mientras se disfruta del espectáculo.
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¿Dónde ponerse bohemio?
Rojo Café
Guadalupe Zuno 2027, casi esquina con Chapultepec.
Teléfono: 3344-8492.
Sólo Bohemios
Nueva Escocia 1590, en Providencia.
Teléfono: 3640-0806.
La Casa del Mezquite
Aldama 22, Atemajac del Valle (Zapopan).
Teléfono: 3823-4864.
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