viernes, 22 de noviembre de 2013

UN LEGADO HECHO DE CONCRETO.

El Informador

Las Torres de Satélite son un conjunto escultórico que Barragán realizó 
en 1957 en colaboración con Mathias Goeritz y Chucho Reyes. ESPECIAL.


  • La arquitectura de un jalisciense ilustre
  • Un repaso por la vida y obra del arquitecto tapatío Luis Barragán, quien falleció hace 25 años
GUADALAJARA, JALISCO (22/NOV/2013).-Considerado como uno de los arquitectos mexicanos más importantes del siglo XX, Luis Barragán Morfín, es recordado a 25 años de su muerte —un día como hoy pero de 1988 falleció en la Ciudad de México—. La memoria se resiste a demoler el valor arquitectónico de las obras que el creador erigió, principalmente, en Guadalajara y la capital mexicana durante más de cinco décadas de imparable construcción.

Barragán (Guadalajara, 1902) es el único mexicano que se ha hecho del Premio Pritzker (1980) y destacó por su arquitectura paisajista, de la cual hizo un sello personal. Sus obras fueron catalogadas como palacios contemporáneos en donde destacan sus influencias árabes y moriscas; siempre procuró el equilibrio entre la luz y el aprovechamiento e intimidad de los espacios. Entre sus creaciones destacan la Casa Efraín González Luna (actual Casa ITESO Clavijero), la Casa Cristo, la Casa Chapala, las iglesias de Amatitán y El Arenal;  las Torres de Satélite en la Ciudad de México y la Torre de Comercio de Nuevo León.

También está el Parque de la Revolución, conocido popularmente como “El Parque Rojo”, a los pies de la Avenida Federalismo.

Pero es la casa-estudio, ubicada en la colonia Daniel Garza de la capital mexicana, la finca que refleja el valor arquitectónico, artístico e histórico del ingenio de Barragán, luego de que, en el año 2004, ésta fuera reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO al señalar que  es una obra maestra dentro del desarrollo del movimiento moderno, que integra en una nueva síntesis elementos tradicionales y vernáculos, así como diversas corrientes filosóficas y artísticas de todos los tiempos.

Hace 25 años  Guadalajara perdió a uno de sus hijos ilustres, hoy su obra e influencia sigue en pie.

PERFIL
Los cimientos del único Pritzker mexicano


Luis Barragán Morfín (1902-1988) nació en Guadalajara en el seno de una familia conservadora, conformada por sus padres Juan José Barragán y Ángela Morfín, así como seis hermanos (tres hombres y tres mujeres).

De 1919 a 1923 estudió en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara, posteriormente saltó a la formación de arquitectura bajo la guía de Agustín Basave.

El arquitecto fue líder de opinión social y cultural, además de establecer entrañables amistades con personalidades contemporáneas como Rufino Tamayo y Octavio Paz.

Siendo un adulto joven, Barragán comenzó a manifestar los primeros síntomas de Parkinson. A Guadalajara regresó por última vez en 1985. Su casa de Tacubaya, en la Ciudad de México, fue su última morada y lugar donde falleció el 22 de noviembre de 1988. Al tiempo, sería integrado a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres del Centro Histórico tapatío.

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